El libro “El Ballet, una devoción” se ha convertido en un pilar esencial para poder conocer y defender la amplitud y la profundidad de la Danza Escénica. Pedro Simón construye un claro entramado de argumentos y de mensajes, nutridos por una sabiduría poderosa.
El texto tiene un recorrido por distintos géneros, está enmarcado y relacionado con los tratados e incunables del Renacimiento. Pedro Simón ha trazado un puzle mágico y, convertido en un Humanista, va definiendo una fortaleza con baluartes estéticos para proteger el Ballet, para difundir el sagrado universo de la danza, para dar luz y glorificar la poderosa sabiduría de Alicia Alonso.
Estamos ante un texto fértil y esencial para la mujer, para todas las mujeres; se presenta la feminización en los Ballets Blancos con personajes poderosos, con armas esenciales para alimentar y fortalecer las Artes. La mística Belleza y la blanca Luz se ejemplifican en Alicia Alonso.
Alicia Alonso se convierte en hilo conductor, el enigmático mundo de la artista lo vamos identificando con la Gioconda, con las alegorías de la Belleza del Humanismo Pagano; gracias a la escritura de Simón, vamos configurando un pensamiento sobre la bailarina-coreógrafa, e imaginamos a Leonardo da Vinci, con sus visiones del movimiento y de la composición, para asumir la determinante influencia de la escultura, del bulto redondo unido a los giros, del simbolismo operante en el escritor y en su Musa. En este contexto, Simón presenta el concepto de Mímesis, no es imitar es emular. La Mímesis existe en cada selección de fuentes y referentes para interpretar emblemáticos personajes como Carmen, interpretado desde los ojos a los pies, dentro del concepto de Verdad, de Verosimilitud, esencial en la trayectoria creativa de Alicia Alonso.
Dentro la claridad, aparece la complejidad de los conceptos abstractos y de una metodología elaborada. Desde el método iconográfico, emergen los mitos de la mujer-ave y de Leda. La metamorfosis y el triunfo del Humanismo pagano se muestran emparentados con Aby Warburg, para valorar las relaciones visuales y el poder de ensamblar-concatenar-encadenar los contenidos y las acciones, como ocurre el concepto de Unidad defendido por Alicia Alonso.
Una unidad estilística e interpretativa, esencial en el Ballet, capaz de generar los conceptos coreográficos básicos y experimentales para el refinamiento y Belleza en las artes dancísticas. A los textos del siglo XVIII, de Rameau y Noverre, se unen las Memorias de Fokin y los Incunables de Pedro Simón, para permitir conocer todos los caminos del Ballet, para su glorificación y defensa, para poder Investigar.
El libro revela y aclara el significado del Romanticismo, recuperado e intensificado en el Ballet. Simón muestra la importancia de Idealizar a la Mujer, de la Poética del Vuelo, de la elevación interior, del lirismo de la Noche, de la Melancolía, uniendo lo culto y lo popular, fundamental para conocer la idiosincrasia de su cultura. La significación ultramundana y lo irreal se va uniendo a la capacidad ascendente de los bailarines cubanos, como los giros que se disuelven en la atmósfera, uniendo a Alicia Alonso con Velázquez, destacando la relevancia de la perspectiva aérea en el ballet: Ut pictura Kynesis.
El libro se convierte en Panegírico, en una alabanza íntegra repleta de sabiduría, une artista-coreógrafo-profesor, como espejo del Instituto Universitario Alicia Alonso (URJC), traduce su labor didáctica y constata la poderosa dialéctica de Pedro Simón”
(Palabras de Eduardo Blázquez Mateos a propósito de la primera presentación del libro en El Escorial, 14 de julio de 2014)